El cloro contenido en el agua de la tubería tiene una gran conexión con la aparición de alergias alimentarias y ambientales, descubrieron los científicos del Colegio Americano de Inmunología. En un nuevo estudio realizado con la participación de más de 2 mil personas, descubrieron que la principal fuente de las propiedades negativas del cloro es su componente, el diclorofenol, una sal de sodio que provoca reacciones adversas en el cuerpo a ciertos olores y productos alimenticios. Estos últimos incluyen leche de vaca, trigo, soja, huevos, mostaza, apio, kiwi y otras frutas y verduras.
El principal peligro de este tipo de alergias es su capacidad de adoptar una forma severa, lo que representa una grave amenaza no solo para la salud sino también para la vida humana. Ejemplos vívidos de las consecuencias de esto son anafilaxia, eccema y erupciones cutáneas con picazón.
Muy a menudo, el diclorofenol ingresa al cuerpo humano a partir del cloro que se consume con agua no tratada, no hervida ni purificada por filtros especiales. Sin embargo, los expertos señalan que el componente dañino también puede ser parte de algunos accesorios domésticos y cosméticos, incluidos algunos lápices labiales, pastas dentales, jabones y otros productos químicos.
Según el estudio, el riesgo de ambos tipos de enfermedades en personas que beben regularmente agua no tratada es de aproximadamente el 80%. Esto se supo a través de una encuesta de 2211 estadounidenses adultos que habían estado bebiendo agua del grifo durante mucho tiempo y usando drogas potencialmente peligrosas, es decir, aquellas en las que el diclorofenol podría estar presente. Resultó que 411 de ellos tenían alergia alimentaria, mientras que 1016 personas tenían otros tipos de alergias.
"Recientemente, el número de personas con estas enfermedades ha crecido rápidamente en todo el mundo. La razón de esto es la expansión del alcance del diclorofenol. No podemos eliminar los productos que se usan para hacerlos en el mostrador de la tienda, pero definitivamente debemos ser más cuidadosos al respecto y recordar que beber agua del grifo no es razonable y peligroso ", dice el informe del estudio.
