Hay más evidencia de que las personas físicamente activas viven varios años más que las personas inactivas. Esta evidencia es tan convincente que, según los investigadores, puede hacer que los inactivos se pongan de pie y comiencen a moverse. Por lo tanto, dos horas y media de actividad física moderada por semana pueden agregar casi seis años adicionales a nuestras vidas.
No es ningún secreto que la actividad física y el entrenamiento son muy beneficiosos, ya que reducen el riesgo de ciertas enfermedades. Los científicos canadienses primero descubrieron cómo la actividad física afecta la esperanza de vida de personas de diferentes edades y razas.
Los hombres que han llevado un estilo de vida activo a la edad de 20 años deberían vivir dos años y medio más que los que les gusta acostarse en el sofá. Curiosamente, para la esperanza de vida de los hispanos, por razones aún no claras, esto no tiene ningún efecto.
Pero las mujeres negras están en una posición particularmente ventajosa. Los científicos pudieron demostrar que solo una hora de correr o nadar vigorosamente prolonga su vida en 11 horas.
En cuanto a los ancianos, los hombres y mujeres blancos aumentan su esperanza de vida en 1.2 y 1.6 años, respectivamente, si llevan un estilo de vida activo a la edad de 80 años.
Los resultados del estudio son un poco difíciles de entender, ya que consideran las posibles consecuencias de la actividad física solo desde el punto de vista de un momento en la vida de una persona, y no a lo largo de su vida.
Según otro estudio publicado el año pasado, incluso 15 minutos de actividad diaria pueden contribuir a aumentar la esperanza de vida. Además, los científicos confían en que estos años adicionales serán un período de salud social, mental y física.
