¿Qué grasas son nocivas: animales o vegetales? La respuesta no es obvia.

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Los científicos aún no pueden llegar a un consenso en una disputa sobre las cualidades beneficiosas de los ácidos grasos poliinsaturados. Son muy populares entre la población, y los nutricionistas dicen que los PUFA previenen enfermedades del sistema cardiovascular y previenen la obesidad. Las grasas saturadas de los animales, por el contrario, son casi la principal causa de ataque cardíaco, obesidad y, finalmente, la tumba.

Esta opinión fue refutada por científicos de la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto Nacional de Salud (EE. UU.). Creen que, de hecho, todo sucede de la manera opuesta: los ácidos grasos poliinsaturados aumentan significativamente el riesgo de enfermedades vasculares y ataques cardíacos. Los autores del estudio utilizaron datos de pruebas realizadas por médicos australianos en los años 60 del siglo XX.

Luego, los científicos se enfrentaron a una tarea similar: descubrir qué papel juega el tipo de grasa en el desarrollo de enfermedades del corazón. Los investigadores realizaron un trabajo largo y serio, pero no lo llevaron a su conclusión lógica.

Científicos estadounidenses analizaron la dieta y el estado de salud general de 1.500 hombres en el grupo de edad de 30 a 59 años, todos los cuales han sufrido recientemente un ataque de insuficiencia coronaria aguda. Los pacientes fueron divididos en dos grupos separados. El primero fue propuesto para aumentar el consumo de ácidos grasos poliinsaturados del marcador Omega-6 y Omega-3 en un 15%, y también para reducir el consumo de grasas animales en un 10%. Las personas en el segundo grupo no recibieron ninguna recomendación dietética específica.

Todos los encuestados mantuvieron un diario especial donde aportaron todo lo que comieron. El experimento duró 39 meses. Los resultados mostraron que los pacientes que se apoyaban en un PUFA estaban más a menudo enfermos y morían de anomalías cardíacas. Según los autores del estudio, antes los médicos simplemente no realizaban un análisis en profundidad de la relación entre los diferentes tipos de grasas y las enfermedades cardiovasculares.

Se han realizado numerosos estudios de ácidos grasos poliinsaturados que generalmente sufrían de fragmentación y sesgo. Como resultado, nos enfrentamos a una idea errónea peligrosa de que las grasas animales son la muerte, y Omega es la salvación de la enfermedad.

Los autores del estudio aconsejan a sus colegas que analicen cuidadosamente los datos estadísticos y evalúen más detenidamente sus propios resultados. Sin embargo, está claro para todos que las estadísticas son solo el primer eslabón en la búsqueda de un mecanismo por el cual los PUFA ayudan (o dañan) al cuerpo humano.

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